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viernes, 1 de junio de 2012

Segunda Guerra Púnica


Después de la Primera Guerra Púnica, Cartago se vio forzada a pagar indemnizaciones millonarias a Roma, pero Amílcar Barca no podía quedarse viendo lo que le pasaba a su gente, así que le pidió al senado Cartaginés que lo dejara hacer una colonia en Hispania (moderna España), y juró vengarse de Roma, e hizo que su hijo, Aníbal le jurara que también iba a luchar contra Roma toda su vida a la edad de nueve años., en Hispania fundaron varias ciudades, la principal Nueva Cartago, que era el puesto de mando de Amílcar. Pero Amílcar murió en un ataque causado por los indígenas. Las tropas cartaginenses quedaron en las manos de Aníbal, que tenía no más que 22 años.
Cartago y Roma a comienzos de la Segunda Guerra Púnica 


En 218 a.C. Aníbal conquistó una ciudad que había firmado un pacto de protección con Roma, esta se llamaba Sagunto, y quedaba al sur del Rio Ebro, el cual era el límite entre Roma y Cartago. Así que Sagunto le pidió a Roma su ayuda, y Roma tuvo que ir a “rescatar” a Sagunto de los Cartaginenses, y empezó la Segunda Guerra Púnica.
Mientras que el senado romano se organizaba, Aníbal cruzó los Pirineos y los Alpes, lo cual ningún ejército se había atrevido a hacer. La hazaña le costó a Aníbal un ojo, treinta y seis mil hombres y treinta y dos elefantes en quince días.
Aníbal cruzando los Alpes



Cuando el ejército romano llegó al valle del Po, Aníbal ya había pasado hacía días. Pero Cornelio Escipión lo alcanzó en el rio Ticino, y hubo una batalla, en la cual los Púnicos ganaron de sobra. Cuando los ejércitos se encontraron de nuevo un mes después en Trebbia un tercio de los romanos murieron. Unos meses después cuando estaba en el lago Trasimeno encontró un lugar al norte del lago el cual le pareció bueno para una emboscada. Unas horas después los romanos pasaron por ahí, los cartaginenses mataron a la mitad del ejército. Un tiempo después Aníbal se encontró al frente de Roma, pero no la atacó porque sabía que si lo atacaba un ejército de uno de los aliados de Roma por el norte o por el sur, sería el final para su expedición, así que siguió derecho al frente de ella. Gracias a esto, Roma pudo tomar un descanso antes de seguir contra Aníbal. Lograron reunir cien mil hombres, contra menos de cincuenta mil que tenía Aníbal. En la batalla de Cannas se enfrentaron los dos ejércitos; menos de cincuenta mil hombres romanos salieron con vida, mientras que Aníbal no sufrió casi ninguna pérdida.
Aníbal entrando a una batalla


Mientras que Aníbal andaba por Italia, a los romanos se les ocurrió la estrategia de mandar una flota a Hispania para atacar los recursos de Aníbal. Publio Escipión y Neo Cornelio Escipión Calvo, hermanos, tomaron las riendas de este ejército; ambos murieron en el intento de capturar Hispania. El hijo de Publio Escipión, Escipión, se presentó al cargo de mandar el ejército a la tierna edad de 24 años, y por que fue el único que se presentó al cargo, fue escogido por unanimidad. En 210 a.C. Escipión llega a Hispania y toma a Cartago Nova (Nueva Cartago) de sorpresa. Los dos hermanos de Aníbal, Asdrúbal y Mago con su cuñado Asdrúbal el Hermoso (Bello en algunas descripciones). Poco después Escipión le ganó a los hermanos, matando a Mago y a el Hermoso, pero Asdrúbal se escapo y cruzó los Alpes y fue asesinado en el valle del Po por un general romano.

Busto de Escipión el Africano 


Después de su victoria en Hispania, le propuso al senado Romano que le dejara llevar a un ejército a Cartago para obligar a Aníbal que abandonase Italia, el senado consintió con su petición. Aníbal se encontró en la misma posición en que su padre se había encontrado hacía años, sin opción otra más que regresar a su tierra natal, después de dieciséis años en Italia, regresar a Cartago, su tierra natal, de la que apenas se acordaba. Unos meses después, en el año 202 a.C. se enfrentan los dos generales, Escipión y Aníbal, Escipión con su astucia, y Aníbal con su genio. Para ahuyentar a los elefantes, las más temibles armas cartaginenses, Escipión manda tocar las trompetas. Poco después de eso los romanos ganaron la última batalla de la segunda guerra púnica, la Batalla de Zama. Después de esta victoria se ganó el agnomen (Nombre que se utilizaba en Roma para honorar a grandes individuos) de Africano.